Conseguidos en rastros o casas de empeño, andá a saber. |
No lo recuerdo bien, pero es casi seguro que la edición que tenía en Buenos Aires de El chulla Romero y Flores era la de Losada. Fue uno de esos libros de literatura latinoamericana que, seguramente con un gesto de despecho, no acabé metiendo en la valija de libros que me traje cuando me vine a España (me ocurrió lo mismo con Lituma en los Andes). Y eso a pesar de que, por su origen, esa novela debía ser de la más absoluta prioridad. Pero venía de leer Huasipungo, y El chulla... me había quitado las ganas de volver a leer a Jorge Icaza.
Huasipungo me había dado todo lo que yo quería al momento de leerla. Venía de leer, ya, y si no recuerdo mal, las novelas Lázaro y El mundo es ancho y ajeno, y la literatura indigenista me encantaba. Huasipungo me impelía a comprar y leer cualquier otra cosa que hubiera escrito su autor, y eso fue El chulla..., que no sé si lo encontré en alguna de las ferias de libros usados del parque Rivadavia o Centenario y me lo compré sin dudarlo. O quizás ya lo teníamos en casa. Qué se yo.
Fue leer esta segunda novela de Icaza y que se me quitaran las ganas de volver a leerlo. Hasta hoy, la verdad. Por una cuestión de gustos, en definitiva. La misma que me impide leerlo a Josep Pla, por ejemplo, cuando se me caen de las manos sus novelas protagonizadas por ricachones y no tanto venidos a menos.
No me gustó, por ejemplo, la imitación del palabrerío engolado que hace de sus personajes el autor ecuatoriano. Eso me tiró para atrás. No pude superarlo porque venía de la brutalidad de la prosa de Huasipungo, de su espantosa écfrasis de la miseria y la explotación de los indios y los mestizos ([...] "un crío de flacura increíble, que en vez de succionar voraz su alimento boqueaba con pereza de agonía"), víctimas y victimarios, a su vez, de paredes para adentro ("los carajos del machismo impotente"; hay además una magnífica y muy sintética descripción de la violencia de género en esta novela, un fragmento de los que no se olvidan pero que hojeándolo no pude volver a encontrarlo).
Traído de la Argentina. Comprado en una librería de viejo (son dos libritos de Losada encuadernados primorosamente juntos). |
Después de Huasipungo, pues, El ch R y F me supo a tierra, a humo, a polvo, a sombra, a nada...
Pero es una cuestión de gustos, eso no puedo dejar de recalcarlo. Y me encantaría poder decir "si te gustó esta novela, te va a gustar El chulla...", porque eso es lo que yo agradezco cuando me hablan de cualquier libro, pero ahora mismo no se me ocurre nada. Con Huasipungo es más sota caballo rey: si te gusta Ciro Alegría, te encantará Huasipungo.
En casa tengo dos ediciones de El chulla... Una de Archivos, y la otra de una editorial ecuatoriana, Libresa, que también tiene sus estudios y sus cositas, su siempre apreciable paratexto trabajado, como a mí me gusta. Ambos ejemplares me fueron irresistibles cuando me los crucé vaya uno a saber cuándo y dónde, de segunda mano el pequeñito y directo del depósito el otro.
Y sí, tengo dos ejemplares de una novela que no me gusta. Así de enfermito soy.
PD) Hace un rato me enteré de que Huasipungo está en Cátedra. Me muerdo los puños para no comprarla...