lunes, 19 de septiembre de 2016

Ferran Torrent: SOCIETAT LIMITADA


Comprado en una casa de empeños.
Societat limitada es una novela de 2002, la primera de una trilogía centrada en las miserias políticas y económicas que el huracán pepero descargó sobre Valencia. 

El año 2002 sucedió más de una década antes de que la unión de tres partidos consiguiera desalojar del poder a la antigua Alianza Popular. Eran épocas de travesía en el desierto, en que señalar los casos puntuales de corrupción, las zonas erróneas del partido de Fraga podía hacerlo a uno acreedor a una buena trompada en toda la boca. Además del sambenito de antivalenciano por parte de los que, recién ahora que se quedaron sin trabajo, han descubierto ultramegaindignados que no era oro todo lo que relucía. La banda sonora de la época, un barrejat de “Nadie me quitamis vacaciones en Castellón” y de “Por cuatro días locos”.

La novela trata de una serie de personajes cuyas vidas van alejándose y acercándose, imbricadas, aunque a veces no se conocen ni siquiera de vistas u oídas. A saber y en orden alfabético: dirigentes políticos, un empresario de la construcción, un periodista, una prostituta. Cada uno planifica con y sin ayuda, algunas jugadas salen bien, otras mal. El empresario quiere prestigio; la prostituta venganza; el periodista reconciliación; los líderes políticos, de acuerdo a su adscripción partidaria, relevancia o asegurar su poder.

FerranTorrent lo lleva de la mano a uno de esa forma tan particular que sólo parecería que puede hacerlo un periodista que tiene muy claro el tema sobre el cual se ha puesto a novelar. Y que pretende demostrarlo sin tapujos, para que todo el mundo lo vea. Es un poco como que le van diciendo a uno “¿Ves? Esto funciona así. Eso otro funciona asá. Aquello otro, asullá”. Es en este sentido que el narrador, a pesar de que enseña un panorama en el que nada es seguro y que los planes se van al garete, es decir, en el que todo es engañoso, sobre la marcha y cambiante, se preocupa también por señalar, fundamentalmente mediante la acción en los momentos culminantes, que hay otras cosas, las que tienen que ver con el mantenimiento del poder y del status quo, que es mucho más difícil que se modifiquen. 

Los forofos del partido fundado por siete ministros de Franco no pueden más que odiar a Ferran Torrent. A mí me gusta bastante. He leído, ya, un buen puñado de sus libros. Me encantan esos personajes y situaciones valencianísimos que crea y que uno no puede más que creérselos a pies juntillas. Y que no tienen nada que ver con las intrusiones demasiado didácticas del narrador, intrusiones que no son jugueteos narrativos sino pragmatismo. Y ¿por qué no? quizás un toque de meninfotisme, que la parida antropológica siempre queda bien. 

La verdad es que estaba desesperadito por leer esta novela. No sé si se debe juzgar a los libros por la cubierta, pero yo sí que los juzgo por su título, y hay títulos que lo impulsan a uno a leer el libro, antes o más tarde, pero a leerlo. En dos días me metí entre pecho y espalda Societat limitada. Dos días en que no lavé ni ropa ni platos, dicho sea de paso…

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