sábado, 19 de noviembre de 2016

Ignacio Sánchez-Cuenca Rodríguez: LA DESFACHATEZ INTELECTUAL. ESCRITORES E INTELECTUALES ANTE LA POLÍTICA

De una biblioteca.
La que he leído es la 6.º edición,
todas de 2016. 

Por lo pronto,
yo soy el tercero
que lo ha pedido, ya.

Introducción,


Estás sentado en un sillón rojo, bastante antiguo pero nada maltrecho: lo han construido en cuero y madera. Afuera suenan los truenos. Estás en peligro aunque eso no lo sabés. Te ofrecen una pastilla roja y otra azul. Te decidís a tomar la pastilla roja, y se abren las páginas de La desfachatez intelectual.

Has vivido tu vida en falso. Aquellos popes que te habían hablado desde el púlpito que otorga el que la palabra de ellos iba a misa te habían estado engañando. Todo es mucho más complicado y más sencillo. A partir de la falacia de autoridad te la habían estado metiendo doblada desde hacía tantos años que ya ni siquiera te dabas cuenta.

La desfachatez intelectual, pues, es un desfile de los horrores de lo más ganado de la intelectualidad ibérica.  Cita a cita la cara de asco tapa más y más la mueca de sorpresa, porque las citas son de repelús. Y es que la desfachatez intelectual se nutre en la impunidad.

Los trocitos de bellota que te habían ido escupiendo berrido tras berrido te han pringado totalmente la ropa. Es hora de ir a la tintorería: la coprolalia erudita es una máquina aceitada y aceitosa.

Nudo


El ensayo de Sánchez-Cuenca cuenta con una Introducción, tres capítulos ("La maldición del escritor", "La obsesión nacional" y "La crisis: merecíamos algo mejor"), una conclusión titulada "El ocaso de los figurones" y un índice de nombres de cinco páginas que es de agradecer. El autor es profesor de Ciencia Política y de Sociología, y suele escribir en InfoLibre y ctxt.

Ya desde la primera página nos muestra de qué va su ensayo, mostrándonos de qué van los autores que reseña. La primera cita, de un tal Jon Juaristi, exetarra devenido Juan Pérez de Arco liberal, que en ocasión de la viralización mundial de la foto del niño sirio muerto a la orilla de Europa, echa la culpa de la misma a los sirios refugiados, que no a los europeos. Aunque el cambio del protocolo de actuación en el Mediterráneo haya disparado las muertes de emigrantes. Aunque la guerra haya sido para que ricachones de Europa y Estados Unidos sean aún más ricachones. La culpa es de los sirios refugiados, porque lo han mandado al muere al niño porque saben que los europeos eso de la culpa la llevan muy mal (uy, sí, muy mal...). Incluso aunque no tengan la culpa de nada, por supuesto, que la culpa es de los sirios.

Jon Juaristi sigue escribiendo en el ABC, qué duda cabe, porque de eso va la desfachatez intelectual. La única forma de ser desfachatado es ser impune. De aquí a un tiempo, no sería extraño verlo ingresando en la RAE, su espacio de poder natural.


Un desempleado español al enterarse
de que acaba de ser
elegido para ser toreado
en una plaza.
La siguiente cita es de la misma calaña. Pertenece a otro Juan de Arco liberal, Fernando Savater. Es la famosa palabrada sobre lo que elegirían los desempleados en España, esa en la que afirma que les parecería aceptable la vida del toro bravo incluso incluido su final para solaz del respetable. Sánchez-Cuenca se pregunta que "resulta difícil afirmar qué imagen del parado pueda tener Savater", cuando parece evidente que le parecen unas mierdas humanas. Quizás no sea ocioso recordar que la última vez que se asesinaron personas en plazas de toros, banderillas incluidas y para solaz del respetable, fue durante la dictadura de Franco. En fin...

A Savater le sigue inFélix de Azúa, que afirma que Zapatero ha sido "el peor dirigente que ha soportado España desde Fernando VII". O sea, y tal como señala Sánchez-Cuenca, que ZP es peor que Franco o Primo de Rivera.

Y sí, así es todo el libro cada vez que el autor cede la palabra a sus reseñados. Da mucho asco.

Los desfachatados intelectuales gozan de la impunidad que permite haber sido etarra o insultar a los españoles tratándolos de simios que se encuentran "en los arrabales de la humanidad" (Ortega) porque esa impunidad se labra con un único peaje definitivo: todos ellos son Juanes de Arco liberales.

y Desenlace.


A despecho de la predicción del autor, al final resultó que algunos de los aludidos sí que le respondieron en sendos artículos. Jon Juaristi, básicamente, acusó a Sánchez-Cuenca de ser amigo de ETA. Qué pereza. Savater no apuntó mucho más alto, le dedicó un artículo para meterse con su mujer...

Y sí, algo decía por ahí Sánchez-Cuenca de lo mal que reciben las críticas estos tipos.

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