sábado, 4 de febrero de 2017

Isabel Garcia Canet: L'OS DE LA MÚSICA

Me lo regalaron.

1


Si me han preguntado si me gusta la ópera, he contestado que soy un escuchador de arias. Con la poesía me pasa algo parecido, soy un lector de antologías, no de poemarios. Que yo recuerde, en mi vida he visto una ópera de cabo a rabo y de una sentada, pero algunos poemarios sí que he leído, ya, aunque me entero de poco.

¿Por dónde va tu coherencia? me pregunto ante los poemarios. Antes o después de preguntarme ¿acá qué carajo está diciendo? Busco leit motivs, repeticiones y ampliaciones, ampliaciones y consecuencias. Esas cosas y, desesperadamente, cosas bonitas.

Entonces los primeros seis poemas sin subtítulo que abren el poemario se me antojan un buen aviso a navegantes, me dicen por dónde van los tiros. Anoto palabras sueltas que, mira por dónde, me quedan como un poemita:



No parece casual que el primer autor citado en los numerosos epígrafes sea Nietzsche. La desconfianza en la palabra es patente desde el primer verso que recuerda, mirándose desde la piedra (la quietud y la continuación por cuenta ajena hacia algún lugar), la ansiedad nutritiva que la palabra le producía:

Sempre he volgut llegir harmonies ocultes,
interpretar els gestos dels pensaments ja morts,
cercar l'indret més senzill per al mot
i alimentar-me d'ell com l'embrió dins l'úter.

(...)

m'han colpejat el cos tots els girs del trajecte;

(...)

Ara sóc la darrera pedra del camí
la que s'esmola lenta i espera una altra pedra.1

El aliento posmoderno se abre camino, pues. El simulacro al que se entrega la poeta en Ofrena, último de la serie introductoria, cierra un desconcertado círculo de desconsuelo ante la palabra que ya es sentida inútil, tramposa y risible:

(...)
amors breus de butxaca,
de paper i bolígraf,
(...)
amagant-nos pels estrets carrerons
ens perdrem de nou a força de paraules.

Hem traït la nostra raó
i som a l'escenari del Princesa:
ara, inventem el públic,
(...)
Cridaré l'apuntador si no hi véns
i que em dicte la part que et correspon.2

El camino se ha transformado ya en círculos de silencio encadenados, en estrechos callejones en los que esconderse y perderse a fuerza de palabras. Las piedras no forman camino sino memoria o fondo del mar. El estómago es llenado con la vista de las cosas y no con las palabras, y el útero ha mutado en "niu fora de l'arbre" (nido fuera del árbol) y "ou perenne" (huevo perenne) y frío.

Finalmente, desde la quietud de un escenario y de las palabras, el camino será vagabundear y migrar, sacrificada. Si se llega a algún lugar, es al exilio. A un lugar de exilio, es decir, a más y definitiva quietud.

2


No me estalló en la cara con más virulencia el planteamiento de "Destiuejos a la ciutat blava" ("Desveraneos en la ciudad azul", es decir, blavera) porque ya le había pegado un vistazo al índice antes de llegar a ésta.

Las incertezas acerca de la lengua se esfuman cuando la lengua es la materna. Las incertezas la rodean, la atenazan, la amenazan y la expulsan. Pero la lengua es la casa, la casa, ahora sí, una casa de la que te quieren sacar los que vendrán de afuera. El contraste no puede ser más brutal entre la actitud hacia la lengua y, de nuevo, hacia la lengua. Hasta tal punto lo es, que ambas actitudes las siento excluyentes, en pugna por convertir a la otra en entelequia.

(¿O es que, quizás, me estoy confundiendo entre palabra y lengua y estoy metiendo en el mismo saco cosas que no tienen que ser mezcladas?

Lo que está claro es que, en sus múltiples entonaciones, la lengua no está dicha en los poemas introductorios. La palabra sí: leída, representada, dicha, nutritiva, repetida, traicionera, con mal aliento o silenciosa. La poeta reserva a la lengua hasta bien adelante, a la vuelta de un viaje circular que la ha regresado a un lugar expropiado y extraño y en el que no hay cabida. Un lugar en el que el exilio se queda con ella y en el barrio).

¿Cuándo desaparece la incerteza ante la lengua? La lengua deja de ser una trampa cuando es identidad. Entonces la incerteza y la trampa vienen de afuera y arrebatando un paraíso que se ha perdido, que ha quedado brotado de grúas y regatas.

Es en la tensión entre palabra y lengua, pues, en que la poeta parece tomar partido. Y la lengua sería una forma posible de palabra con cuerpo, palabras y vida, palabras que estiran.

¿O es que, quizás, hablar una lengua minorizada ni siquiera te permite desconfiar a gusto, plenamente, de la lengua que hablás? Lo que está claro es que, para la poeta, es una tarea divina "(...) rescatar els mots dels seus arrels/donant-li forma al fang",3 es decir, que sólo la identidad de las palabras puede tomar forma, corporizarse, ligarse al mundo a partir de una acotada parcela. Una tarea de dioses y de palomas escriturando el cielo. Una tarea que ha perdido por el camino a la comunicación, tarea imposible y, al mismo tiempo, irremediablemente aceptada: no por otro motivo parece ser la utilización de comillas para dudar, y por dos veces, de la palabra "jo" (yo). Si hay la necesidad de desestabilizar una palabra, por fuerza debe significar algo. ¿Y ligado al mundo?


3

Mi desesperada búsqueda de cosas bonitas me llevó a subrayar "gossos degollatas per la set" (perros degollados por la sed), "cançó de presó antiga" (canción de prisión antigua), "amb orina a les venes", "estime les paraules que m'estiren". Pero hay más cosas bonitas.

Traduciendo por si hacía falta...

1Siempre he querido leer armonías ocultas/interpretar los gestos de los pensamientos ya muertos/buscar la dirección más sencilla para la palabra/y alimentarme de ella como el embrión dentro del útero. (...) Me han golpeado el cuerpo todos los giros del trayecto; (...) Ahora soy la última piedra del camino/la que se gasta lenta y espera otra piedra.

2amores breves de bolsillo,/de papel y bolígrafo,(...) escondiéndonos por los estrechos callejones/nos perderemos de nuevo a fuerza de palabras.//Hemos traicionado nuestra razón/y estamos en el escenario del Princesa:/ahora, inventemos el público,(...)Llamaré al apuntador si no vienes/y que me dicte la parte que te corresponde.

3rescatar las palabras de sus raíces/dándole forma al barro.

PD y hidden track) Éste y otros libros me lo regaló un amigo poeta. Una ansiedad muy parecida a "mi tesoro" me embargó al tenerlo(s) por primera vez entre manos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario