sábado, 1 de abril de 2017

Achim Seiffarth y Cinzia Medaglia: LIBERTÀ

De la biblioteca.
Libertà, novelita para el B1 de italiano, es otro de los libritos en esta lengua que estoy leyendo ahora que se me ocurrió estudiarla.


La narración, en primera persona, cuenta la historia de la desaparición de un amigo del protagonista. Una desaparición inesperada y que saca a la luz algunas facetas ocultas de su vida.

Por supuesto, hay un misterio y un romance. Ambos son infaltables, parece ser, en los libritos para aprender idiomas de este tipo de colecciones.

¿Tiene sentido evitar spoilers? Bah, qué se yo. Supongo que todo lo contrario: el tipo desaparecido, el tío Bruno, resulta que se había metido en kilombos de juego y guita con delincuentes y había simulado su propia muerte. El prota lo descubre en las calles de Florencia convertido en un linyera. Aparte era cornudo, y es por eso había empezado todo.

El prota descubre que, muy en el fondo, envidia la libertà de su amigo vagabundo. Y es que a pesar de que su propia vida es tan real como un accidente de tráfico, tan real como la norma que se cumple en su casa de apagar la tele a la noche y juntarse con sus hijos varones y su única hija mujer a contar historias antes de dormir, siente que en realidad todo esto y todo lo demás no es más que una ilusión y una condena. Y nadie le da a elegir pastillitas de dos colores.

Cuando la novelita acaba, dejamos al prota envuelto en su nube de pedo y de extrañamiento, alejado de su familia, sin posibilidad de comunicarse con nadie, ni siquiera con sus seres más amados, a excepción del tío Bruno, vagabundo, cornudo, ludópata recuperado, no gorrón ni borracho, aunque simula serlo, con el que comparte cada día una comida a mediodía de cuentas separadas.

Porque el tío Bruno tiene su orgullo, carajo.

Además es un artista efímero.

El prota, mientras tanto, ha perdido la inocencia e, incluso, el candor sonriente que la inocencia ajena despierta. Una media hora de lectura se necesita para conocer su historia (que, como quizás te hayas dado cuenta ya, es una especie de Bildungsroman al revés: el tipo pasa de ser alguien sensato y respetable a un completo petardo. Por lo menos, así lo veo yo).

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