sábado, 27 de mayo de 2017

Leyendo una ANTOLOGIA POÈTICA de Joan Maragall

Yo leo esto, que lo escribió un tipo que se llamaba Joan Maragall y que era un poeta muy importante por lo que me he enterado, y se me declara por todo el cuerpo una semantosis que te la voglio dire:

Hace más de cien años que escribió esta postrera estrofa en medio de cantos de guerra y de elegía. No parece posible, aunque lo fue, hablar entre peligros sin acordarse de Walter Benjamin.

1895 pasó hace mucho. O no.
Me lo compré en una casa de empeños.
Cincuenta centavos me costó.
Todavía lo estoy leyendo.

domingo, 21 de mayo de 2017

Cinzia Medaglia: MISTERO IN VIA DEI TULIPANI

Éramos tan pobres...
Umberto Eco decía que la lectura puede subvertir un texto hasta el punto de transformar una obra reaccionaria en revolucionaria, o más o menos. Lo dijo al menos en Lector in Fabula, pero seguramente en más lugares. Ponía ejemplos, también.

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¿Qué me deja Mistero in Via dei Tulipani? Por lo pronto, unos treinta minutos más, entre pecho y espalda, de estudio o práctica o adiestramiento o lo que sea de italiano, que se agradece. Me deja, también, otra historia más con un misterio y un romance en mi periplo lingüístico, lo que ya no agradezco tanto.

Supongo que una forma tan buena como cualquier otra de parir libritos como churros es la fórmula del misterio/romance, eso no lo dudo, y seguramente esa cosa le producirá algo así como orgasmos mentales a tipos que entiendan la literatura como dice que la entiende César Aira. Qué duda cabe. Pero a tipos como yo me acaba llenando un poco los cataplines. Y si ese tipo como yo los hubiera leído con 15 o 18 años (y no ahora que estoy viejo y cansado y sueño mil veces las mismas cosas y las contemplo sabiamente), en fin, qué te voy a contar. La falta de respeto me hubiera lacerado el alma, su estallido (del alma), se abría producido en clase y contra la o el profesor/a de italiano que me hubiera hecho leer dos libros seguidos misterio/romance. Por suerte no fue el caso.

¿Qué visión precaria y arenosa de la psicología adolescente tienen los editores de libritos para estudiantes de lengua, carajo? ¿Siempre hay que tirarles por la cabeza la misma historia con distinto rostro?

***

Entonces, ¿cuándo me lo pasé bien? Por ejemplo, cuando los dos protagonistas se ponen a hablar de los ojos de una sospechosa y vecina, la señora Bianchi. Para el chico, la mujer tiene grandes y verdes ojos de gata; para la chica, que los describe primero, tiene ojos propiamente de loca. Y después le explica al prota que "ustedes los hombres no se dan cuenta porque es una mujer muy bella". El tema queda ahí hasta que, pocas páginas después, el prota cae en cuenta de que la señora Bianchi tiene efectivamente ojos de loca: ha necesitado que la vecina los apunte a ambos con una pistola, dispuesta a reventarlos y de un solo balazo de ser posible, para darse cuenta de ello. Nunca es tarde si la dicha es buena.

Es en los intersticios del tópico serial donde yo encuentro los placeres del texto, y se lo debo exclusivamente a quien lo ha escrito de su puño y letra. Es una forma tan buena como cualquier otra de desvelar la trama de una historia, pero la que atañe a su zurcido invisible. No sé si hay amor u orgullo u oficio o hallazgo o lo que sea en esos detallitos desperdigados acá y allá en estos libros para estudiantes, pero es lo que yo agradezco.

Porque son como chaplinadas intercaladas en medio de los engranajes (digámoslo así). Y porque se las debo, exclusivamente, a quien se ganó las lentejas escribiendo el librito, lo que me parece perfecto y de justicia y señal de que los muertos que vos matáis gozan de buena salud.

domingo, 14 de mayo de 2017

Alessandro Baricco: SETA (versión simplificada)

Comprado en una librería.
Alguna vez me tenía que pasar.
Al final, Seta (que no Seda, porque al fin y al cabo lo leí en italiano [la han traducido a decenas de idiomas, ya]) me dio prácticamente todo lo que puedo pedirle a una novela cuando la leo. Y mirá que la cosa no pintaba bien, eh, porque lo agarré con dos deditos en la librería cuando me lo mostraron, la única ventaja que le veía era que me costaba unos cinco euros menos que cualquier otro de los de la lista que nos había pasado la seño de italiano.

Novela dizque histórica. Sobre jodidos traficantes de jodidos gusanos de seda. La muerte en vida pasando páginas hasta que acabe. Pero al final resultó que no. ¿Qué hubiera pasado si en vez de Baricco esta novela la escribía García Márquez, Isabel Allende, Laura Esquivel o Marguerite Duras? ¿O quizás Flaubert? Tal vez nada (o nunca o nadie, o sea), pero por ahí van los tiros.

Baricco escribe su historia haciéndola funcionar como un jodido mecanismo de relojería. Hay cosas que se repiten rítmicamente; cosas que se eliden una y otra vez, también rítmicamente; personajes que parecen el padre y la madre, el alfa y el omega del personaje plano, hasta que resulta que en realidad no lo era tanto, y en el momento justo; esas cosas. Mucha preocupación por la forma, predilección por dejar en silencio algunas cosas y otras no.

Seta cuenta una historia de amor y un triángulo amoroso y es literatura de viajes e histórica. Sus personajes son cuidadosamente imposibles, a la manera que sólo saben construirlos los escritores de finales del siglo XX y principios del XXI. Hay un traficante de gusanos de seda, un mentor, la mujer del traficante, un japonés muy poderoso que vive en Japón, una misteriosa mujer con rostro de niña y de occidental que parece ser la mujer o amante o lo que sea del japonés, y una madama japonesa afincada en Francia que es el emulgente. Y una tensión sexual a veces consumada y a veces no que te la voglio dire.

¿Debería, pues, comprarme por Internet una versión completa de esta novela y que me la envíen desde Reino Unido por cuatro moneditas o menos? Quizás sí, seguramente. ¿Con qué debería comparar esta lectura simplificada, para hacerme una idea? ¿Con la versión del director o con las partituras simplificadas? Porque hace años, me parece a mí, y si dejamos de lado las Caperucitas o Pinochos que leo en voz alta a la hora de dormir, que no leía ninguna versión simplificada de nada. Y es un tema, éste, porque mi novelita simplificada es como que no le faltara ni le sobrara nada, y tiene su mérito, porque si hay algo que repite todo el mundo cuando habla de Seta es que la novelita es cortita. La han hecho más cortita, y sigue funcionando. Quiero decir, sigue funcionando como maravillosamente bien funcionaba El exorcista antes de que el director enseñara al mundo su desvariante versión del director. Pero con Seta no tiene por qué pasar lo mismo, ¿verdad?

En fin. Me parece, iberlibro.com, que hacia allí voy...

PD de finales de mayo) Al final me fui a una biblioteca a buscarme una versión completa de esta novela. La estoy leyendo, y la verdad que es bastante parecida a lo que leí antes. Aunque tal parece ser que lo más pillín/pecaminoso se había quedado en el camino en mi librito para estudiantes.

sábado, 6 de mayo de 2017

Me encantan los aforismos de Joan Fuster por la mañana:



("¿A expensas de quién? Hacete esta pregunta de tanto en tanto").