Lo tengo en la mesita de luz desde hace unas semanas. Cada vez que lo veo, me acuerdo lo que me costó leerlo hasta la mitad hace unos años, lo duro que fue aceptar que no me enteraba de nada de lo que estaba leyendo, y me entran unas ganas obscenas de ver videos de gatitos de gym idiots o de un señor que rompe huevos con la mano izquierda.
Después me acuerdo que éste, el mío, no aquél, el que había retirado de la biblioteca, me costó 15 euros en Casa del Libro, y se me pasa.
Hoy lo estuve hojeando...