Qué bien me lo paso cada vez que tengo que consultar este diccionario, qué contento me pone no encontrar aquello que necesitaba en
Reverso Context o en el
traductor de Google, y tener que buscar palabras a la vieja usanza, encontrándome con las mil y una ilustraciones de los diccionarios de antes, con las anotaciones a birome de los estudiantes que lo han odiado y usado antes que yo.
Este librito me lo regalaron la última vez que fui a Italia, después de babearme frente a él el tiempo suficiente para que la indirecta fuera prístina. Ese mismo día había ido a ver si conseguía uno, infructuosamente y no recuerdo por qué, y ya nos teníamos que volver.
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